El poder de la música para transformar la realidad, con Acción por la Música
La música envuelve constantemente nuestro entorno. Si nos fijamos bien, podemos encontrar música en todas partes, sea en el viento o en nuestra propia voz. Ya en el vientre materno se oyen los latidos del corazón. Todo nuestro mundo comienza a dibujarse a través de los sonidos. Muchos estudios han demostrado a lo largo de los años que la música es beneficiosa en todas sus formas desde una edad temprana, ya que permite expresar diferentes estados de ánimo y crea, además, un ambiente rico que fomenta la autoestima y promueve el desarrollo intelectual, emocional y social.
La práctica musical colectiva es, por esencia, un acto de trascendencia en donde cada una de las partes componentes del acto de co-creación trasciende su individualidad para formar parte de un universo común, la orquesta o coro, sabiendo al mismo tiempo que su aporte es importante y único en la construcción de ese universo común. Simultáneamente, los valores interiorizados en la agrupación trascienden este espacio, impactando en la vida personal, familiar, social y, en definitiva, en el conjunto de la comunidad a la que pertenece el niño, niña o joven que forma parte de ella. Así, la música conecta a la gente de países, culturas y edades diferentes en un mismo mundo, una melodía común y compartida basada en el respeto, la igualdad y la cooperación.
Alfred Tomatis, otorrinolaringólogo francés, investigó en 1947 los beneficios de la música y así inició un trabajo terapéutico con la música de Mozart. En 1997, el autor americano Don Campbell, en su libro "El Efecto Mozart" demuestra que la música tiene “propiedades beneficiosas para curar el cuerpo, fortalecer la mente y liberar el espíritu creativo” y es relevante en la educación de los niños y niñas porque estimula la atención, el aprendizaje, ayuda a la memoria, la capacidad de análisis y el razonamiento, además de estimular la imaginación y la creatividad. Desde entonces y hasta la actualidad, se ha ido desarrollando la pedagogía del aprendizaje musical colectivo como herramienta para promover la salud física, mental y emocional.
Además de los beneficios cognitivos, la música tiene efectos muy positivos en el comportamiento humano porque estimula la inteligencia emocional. Los niños, niñas y jóvenes socializan y se expresan mejor. Algo clave especialmente en etapas vitales de cambio como la adolescencia, en donde la música ayuda a entender los propios sentimientos, manejar la frustración y autorregular las emociones. El adolescente y el niño necesitan su espacio personal, que su privacidad sea respetada, y en la música encuentran ese espacio. La música es, en efecto, una forma de comunicarse que trasciende las palabras y una vía de escape y reencuentro. Permite poder evadirse por un tiempo de la propia realidad, tomar distancia de los problemas que no permiten enfocarse y calmar las emociones para, después, retomar ese problema desde otro enfoque más saludable. Se trata de canalizar, calmar, y soltar, un proceso que los niños, niñas y jóvenes describen como “tocando me siento libre” y “tocar me hace estar feliz". También ayuda a los adultos a saber cómo se sienten aquellos que están a su cargo y qué necesitan. El arte en general refuerza los vínculos intergeneracionales cuando se comparten momentos musicales, porque conectan sentimientos, aumentando la comunicación y la expresión de los mismos.
En Acción por la Música la orquesta se concibe como un espacio seguro para la infancia y juventud en el que pueden expresar cualquiera de sus preocupaciones. Los Maestros Agentes de Cambio responsables de la formación musical están en constante comunicación con el departamento psicosocial, que realiza un seguimiento de la actividad, complementando la formación musical con dinámicas dirigidas a favorecer la libertad de expresión desde la participación, el desarrollo de una conciencia crítica y la educación en derechos humanos. Así, estas dinámicas se integran de manera natural en la formación musical como parte del plan pedagógico, incorporando ejercicios de atención plena y consciente, relajación, y espacios de conversación en donde los menores tienen la oportunidad de hablar sobre igualdad de género, interculturalidad, identidad, diversidad sexual y cualquiera de los temas que propongan, siempre acordes con los propuestos en la Agenda 2030 y desde un enfoque de derechos humanos.
Los núcleos orquestales de Acción por la Música reúnen a niños, niñas y familias de todos los ámbitos y de todos los sectores y barrios. Las clases agrupaciones son ricas en diversidad cultural. Así, sus componentes actúan con respeto y tolerancia, reforzando la educación en valores y derechos humanos en las propias clases. También encuentran un espacio donde brillar y soñar, donde construir su propio futuro. Sus familiares, al verlos crecer y desarrollarse en un entorno solidario, se enorgullecen y se contagian de ese espíritu de cambio que les permitirá superarse y luchar por un futuro mejor para todos. Este es el caso de muchas personas en situación de riesgo de exclusión o riesgo de vulnerabilidad social, que no pueden imaginar una vida diferente a la suya y a quienes se abre una puerta a través de sus hijos e hijas.
Sobre Acción por la Música
La Fundación Acción por la Música que nació en 2013, se inspira en el movimiento mundial de acción social a través de la música “El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela”, iniciado por el Maestro José Antonio Abreu y reconocido por la UNESCO y el Premio Príncipe de Asturias. Acción por la Música lucha contra la vulnerabilidad social en España a través de la práctica colectiva de la música, proporcionando un marco ideal para la educación en valores y desarrollo humano. “Lo peor que existe en la humanidad lo atacamos con belleza”. María Guerrero, la fundadora y actual presidenta de Acción por la Música está acompañada por un equipo de profesionales multidisciplinares y voluntarios con un mismo propósito, utilizar la música como medio de transformación social que parte de la persona y se expande a la familia y la comunidad.
Más información en: www.accionporlamusica.es
Estelle Bouvarel. Comunicación
Myriam Estarrona. Coordinadora General (mestarrona@fasm.es)
María Guerrero. Fundadora y Presidenta