Escuchando con los sentidos
En las Aulas Hospitalarias de la Región de Murcia, tenemos una cita mensual con la música gracias a los conciertos educativos online que ofrece el programa de Educación Responsable.
Disfruta de esta iniciativa el alumnado en situación de enfermedad y hospitalización de edades comprendidas entre 3 y 17 años, ya sea en el espacio común del que disponemos (las aulas propiamente dichas) o, cuando no es posible asistir por tratamientos u otros motivos, se conectan desde sus habitaciones con dispositivos tipo tabletas o portátiles.
Trabajar el recurso en las aulas de forma conjunta nos permite exprimir sus posibilidades didácticas, adaptando, dinamizando, ajustando los tiempos y motivando según la edad del alumnado y sus posibilidades. Escuchamos con atención al maestro de ceremonias, Esteban Sanz Vélez, para aprender sobre las formaciones que nos acompañan, los instrumentos que las componen o las obras que interpretan. Además, hacemos más activa la escucha acompañando con percusiones corporales, con instrumentos de pequeña percusión o dejamos volar nuestra imaginación pincel en mano para descubrir los recónditos lugares a los que la música nos lleva.
La posibilidad de comentar en el chat nos ofrece estar más presentes y confiere protagonismo al alumnado: muy buena idea para hacernos partícipes del directo, como cuando Esteban propone el juego de adivinar qué instrumento suena.
Tratamos de acompañar el visionado del concierto con un trabajo previo y posterior; y decimos tratamos, porque no siempre es posible, ya que con el alumnado de corta estancia no es posible tener continuidad. Lo bueno, es que las propuestas se pueden abordar habitualmente de forma independiente al concierto, aunque entendemos que es mucho más rico hacerlo de manera conjunta. Dichas propuestas didácticas nos permiten profundizar en los pilares del programa: identificación y expresión de emociones, empatía, habilidades de interacción, creatividad y autocontrol en el visionado del concierto propiamente dicho.
De los diferentes conciertos que hemos disfrutado estos meses, comentamos el del cuarteto “Tchalik Quarter”; a los niños les resultó muy curioso que la formación estuviera integrada por cuatro hermanos y eso abrió un debate espontáneo sobre la familia de cada uno.
Otro aspecto que les llama la atención a los pequeños es el virtuosismo técnico, frente a esos otros pasajes más expresivos en los que podemos acompañar con pañuelos de colores para “pintar” la música.
En este mismo concierto, descubrimos la técnica del “pizzicato” y experimentamos con gomas elásticas su mecanismo; y es que la música y la física van de la mano.
A lo largo del mismo, Esteban nos invita a ser “cocineros de la música”, comparando la música con diferentes sabores. Antes del concierto, el trabajo con los más pequeños consistió en trabajar con imágenes de diferentes espacios, dibujando el emoticono según la emoción que a cada uno le evocaba dada la amplitud de los habitáculos propuestos, su color, su luminosidad o el mobiliario. De esta forma descubrimos que toda música configura un espacio, relacionado a su vez, con unas emociones más que con otras de forma natural.
Cuando incorporamos imágenes del ámbito hospitalario, son muchos los niños que coinciden en señalar, además de las cuestiones puramente médicas, también las posibilidades de juego y aprendizaje que se dan en estos espacios.
Otra actividad que nos gusta mucho es sonorizar las imágenes dadas, explorando las variaciones de agógica y dinámica, observando grandes diferencias a nivel musical para ajustarlas al espacio propuesto. No damos muchas instrucciones para realizar esta propuesta: la intuición de los niños hace el resto.
Por último, sugerimos que nos digan cómo huelen esos espacios, recordando de esta forma la propuesta de Reflejarte del curso pasado. Entre las respuestas: a viejo, a soledad, a nuevo, a recién pintado, …
De esta forma, tratamos de incorporar tantos sentidos como nos es posible, yendo mucho más allá de lo estrictamente musical, porque la música también acaricia o puede resultarnos agresiva. Y es así como queremos que nuestro alumnado sea capaz de acercarse a una obra artística, ya sea musical, plástica o literaria, que tenga capacidad crítica y reflexiva para posicionarse ante ella y que desarrolle el sentido estético.
Los conciertos online desde el Auditorio del Centro Botín vienen a completar el recurso “El Coro de las Emociones” desde una perspectiva más receptiva y nos abren una ventana a la música en vivo, también en el ámbito hospitalario. Y es que la música nos motiva, nos relaja, nos distrae, nos inspira y desarrolla nuestra creatividad. Por todo ello, no podemos más que aplaudir la iniciativa y, como dice Esteban en una de sus intervenciones, tenemos ganas “de seguir llenándonos de música”.
Equipo de Atención Educativa Hospitalaria y Domiciliaria de la Región de Murcia
Mª Luisa Aguayo Giménez (marialuisa.aguayo@murciaeduca.es)