Explosión de emoción en "El Pájaro de Fuego"
Con esta contundente frase comienza la conversación el etnomusicólogo, compositor y pedagogo Polo Vallejo en la sede de La Fundación Botín en Madrid. Doctor en Historia y Ciencias de la Música, Polo es un convencido defensor del arte musical como instrumento de educación de los jóvenes.
De esta seguridad han nacido importantes experiencias formativas con adolescentes como la que le llevó hace dos años a trabajar con los estudiantes de secundaria y bachillerato del IES Butarque de Leganés, quienes junto a sus profesores y la propia dirección del Centro asumieron la aventura de representar el ballet “El Pájaro de Fuego” en el Teatro Real de Madrid.
“Partiendo de los elementos principales que constituyen la obra ?narración y música- nos adentramos en el mismo escenario fantástico del protagonista, donde se enfrenta el bien y el mal, y nos dejamos arrastrar por la fuerza arrolladora de una música rebosante de sensaciones”.
La pieza de de Stravinsky ofrecía la posibilidad de conectar diferentes áreas de la expresión artística y del conocimiento científico ya que para montar la obra, los estudiantes y sus profesores tuvieron que emplear conocimientos de disciplinas tan diferentes como la música, la literatura, el dibujo, la ciencia o la tecnología, en un ejercicio de trabajo en grupo, imaginación, cálculo y creación.
Además tuvieron la posibilidad de visitar juntos el Teatro Real, descubriendo sus entrañas, consultando las fuentes, escuchando a sus responsables: a los técnicos, a los creadores? y sintiendo además que ellos, los jóvenes, también eran escuchados.
En este sentido nuestro experto destaca cómo con la propuesta de actividades se aspiraba a potenciar la autonomía en el alumnado y la participación activa, tanto en las tareas de audición, como en las de interpretación y de creación musical.
Al mismo tiempo el apoyo de los profesores de dibujo, tecnología, música, inglés y educación física permitió ver la aplicación que podían tener en la praxis los conocimientos adquiridos.
El carácter multidisciplinar del proyecto, en el que Polo ejercía de coordinador y guionista, se concretó en la elaboración de una guía didáctica con una serie de actividades para alumnos con la finalidad de establecer puntos de contacto entre el mundo exterior y la música que se aprende en las aulas. De esta manera se contribuyó al desarrollo de la percepción y de la sensibilidad estética, pero especialmente al de la expresión creativa y la reflexión crítica.
“Los jóvenes tuvieron que resolver la construcción de un pájaro de 6 metros, representar la obra, sincronizar los movimientos, manifestarlo, verse en la escena. Todo esto significó una oportunidad para descubrir el ingenio de los jóvenes, de cómo imaginaban a medida que iban superando las pruebas”.
Pero sin duda el mayor éxito de la experiencia vivida con los alumnos y los profesores del Instituto fue “constatar el incuestionable valor que la motivación y el trabajo en equipo tienen en la educación, así como el papel esencial que cumple la imaginación en los procesos de aprendizaje, no solo en la escuela sino en la vida diaria”.
Vallejo es un firme defensor de los jóvenes como motor de creación y piensa que a pesar de cierto estigma que cuelga constantemente sobre estos es necesario descubrirles: “En mi experiencia con los jóvenes ellos me descubren y yo a ellos y creo en el enorme potencial que tienen”. Además ha descubierto que los jóvenes son incondicionales esencialmente con dos cosas: los amigos y la música. Todos quieren ser artistas y consideran al que hace música como alguien grande. Y es que según el pedagogo y musicólogo, la música sirve para abrir ventanas a realidades desconocidas: “cantar, danzar te hace feliz. Todos tenemos un músico dentro y capacidades para sacarlo fuera”.
Nos enfatiza que la música afecta a todo el mundo por igual, no deja a nadie indiferente y tiene el poder de descubrir cosas de uno mismo con el factor sorpresa al que está relacionado.
Volviendo a la experiencia del Instituto con la presentación del “Pájaro de fuego” comenta que fue una experiencia que cambio el centro. “La ovación que les hicieron a los chicos en la presentación fue increíble. Significó un cambio para ellos en todos los sentidos”.
El proyecto ganó el concurso “Crearte” convocado por el Ministerio de Educación y Cultura en 2011 por la creación de un proyecto entre el Teatro Real y el IES Butarque.
En este resultado también contribuyó la motivación que se les transmitió a los jóvenes con el proyecto. Polo insiste que “la educación no es otra cosa que motivación y el profesor si está implicado transmite emoción. La música ahí es más poderosa, forja todos los aspectos emocionales. Es catalizador”.
La motivación del profesor sirve de catalizador para sacar lo mejor de cada alumno.
Nuestro experto concluye diciéndonos que su sorpresa final fue corroborar la capacidad creativa, intelectual y expresiva de los jóvenes. Y se despide diciéndonos “lo efectivo es lo afectivo; lo afectivo es siempre efectivo”.
Este vídeo pertenece al IES Butarque y el Teatro Real. Javier Arias Bal es el coordinador del proyecto desde el IES, y Polo Vallejo el coordinador, director y guión general.
http://ies.butarque.leganes.educa.madrid.org/archivos/paginas/pajaro.html.