Patios con vida. Espacios de convivencia más allá del aula, Paco Barrera

Aunque pueda parecer una obviedad, los espacios de juego, zonas comunes y áreas de convivencia son lugares fundamentales para el desarrollo de la personalidad de los niños en su paso por la escuela.
mar 13, 2020
Paco Barrera

Aunque pueda parecer una obviedad, los espacios de juego, zonas comunes y áreas de convivencia son lugares fundamentales para el desarrollo de la personalidad de los niños en su paso por la escuela.

Cuidar esos espacios (que no solo patios) es, sin duda, una inversión cuyas ventajas son evidentes: generan relaciones de amistad más sinceras, reales y honestas, fomentan la creatividad potenciando el juego individual y colectivo e integran a todos los niños en espacios en los que se sienten reconocidos, respetados y apreciados. En definitiva, generan vivencias reales y positivas, que favorecen el crecimiento de las personas y sus entornos.

Normalmente el Currículo y la legislación dejan estos espacios (patios y zonas comunes) relegados a decretos meramente organizativos del centro, perdiendo por el camino todo el potencial educativo que encierran. Pocas veces, o casi nunca se trabaja en los patios o zonas comunes más allá de la vigilancia para evitar peleas y otros conflictos disciplinarios, o para eventos puntuales.

Pero el Tiempo Libre de los alumnos y los espacios no dirigidos también son importantes. Intentemos desgranar algunos aspectos de este tema.

“TIEMPO LIBRE, TIEMPO PARA CRECER.”

 

¿Qué es el tiempo libre?

Partamos de la base: el ocio y el esparcimiento, el tiempo libre de las personas es un derecho legalmente recogido en la constitución y múltiples textos referentes (Naciones Unidas, UNESCO, OCDE…) y su importancia es evidente. Pero puestos a elegir una definición que

 especifique su valor, me quedo con la Carta Internacional de la Educación del Ocio la cual expresa perfectamente la importancia del tiempo libre y la educación en el ocio: “la educación del ocio tiene que ser un componente esencial de los aprendizajes y experiencias recibidos en cada fase de la educación formal y no formal. En consecuencia, los objetivos y contenidos relacionados con el ocio en la escuela, deben tratar de conseguir el desarrollo de valores, actitudes, conocimientos, habilidades, comportamientos que posibiliten una integración armónica de las dimensiones físicas, espirituales, cognitivas, afectivas y sociales que conducen a la construcción de una personalidad responsable y comprometida de los niños y jóvenes”. (CO)

Existen muchas definiciones posibles de “Tiempo Libre”, pues el espectro de matices es infinito. Podemos decir que tiempo libre es aquel que no dedicamos a satisfacer alguna necesidad fisiológica y/o psicológica básica. Empezando por el trabajo, siguiendo con labores domésticas, el propio descanso o comer. Pero incorporo una definición que contempla muy bien esos matices: 

  • Aquél que queda libre después del trabajo;
  • El que queda libre después de atender a las necesidades u obligaciones cotidianas (de subsistencia, familiares, sociales, religiosas, etc.);
  • El que quedando libre de las ocupaciones cotidianas y de subsistencia, se emplea en lo que cada persona desea;
  • El que simplemente se emplea en lo que cada persona desea; y
  • El que queda libre después del trabajo y se destina al desarrollo físico e intelectual personal, como un fin en sí mismo. (TL)

¿Por qué tenemos que cuidar del tiempo libre y las zonas comunes?

Hay cientos de razones. El tiempo libre más que un tiempo, es un espacio. Un lugar en el que los alumnos (y profesores) pueden completar su formación hasta límites insospechados, quizás en asuntos más relevantes que la propia formación académica. En esta línea existen múltiples referentes teóricos sobre la importancia y relevancia del tiempo libre y cómo afecta al individuo y al grupo. He rescatado algunos de los apuntes que me parecen más oportunos para este tema.

Hay que empezar reflexionando sobre el ambiente psico-social que hay dentro del aula. Es un ambiente artificial, pues es fruto de un constructo socio-cultural en toda regla. Existen dentro del aula unas sinergias ya impuestas por la tradición y la sociedad entre educadores y educandos, en las que suele existir una figura referente de disciplina centrada en el docente. Además existen una serie de comportamientos socio-culturales ya establecidos entre iguales, luego podemos decir que esa relación entre iguales no es natural, innata ni necesariamente constructiva. El aula es un mundo de ideas ya preestablecidas, pactos tácitos, relaciones ocultas y equilibrios de poder muy definidos (o a veces no tanto).

Algunas ventajas de cuidar el tiempo libre y espacios no dirigidos

Es en los espacios comunes, en los tiempos de descanso, las salidas y convivencias o tiempos libres (recreo, aperitivos, entradas y salidas…) donde podemos encontrar una relación auténtica de los alumnos con su mundo, con sus iguales, con sus necesidades, sueños y ambiciones. Así pues influir en la forma en la que los alumnos gastan su tiempo libre es fundamental, pues “en este sentido el ocio se revela como factor específico para propiciar y facilitar el desarrollo integral de cada persona, pudiendo ser un recurso para incrementar la calidad de vida, el equilibrio mental, así como la expansión cultural idónea para la formación de la identidad social, especialmente en el caso de las y los adolescentes  y jóvenes.” (TL) Y si se quieren generar espacios de aprendizajes sanos, saludables, inclusivos y emocionalmente positivos, debemos acudir a la raíz de cada personalidad. A esos momentos donde los alumnos son genuinamente ellos.

Ahí el tiempo libre ocupa un espacio importantísimo, vital, para encontrar una serie de valores e ideas que pueden estar (o no) muy lejos del currículo o de los medios de comunicación de masa. Ahí acudimos a encontrar “una serie de valores humanos que no son destacados por otro tipo de ofertas sociales: (…) reencontrar las posibilidades humanas a través del tiempo libre como ocasión propicia para hacerlo. Considerar el tiempo libre no como un lugar espacio-temporal que exige el desarrollo de unas actividades, sino, sencillamente, como marco, una ocasión que permite una recuperación de lo humano” (RM).

Algunas ventajas y valores que nos ofrece el tiempo libre están genialmente definidas por esta tabla de Jaume Trilla:

  1. Libertad, autonomía, independencia, versus alienación, manipulación, dependencia.
  2. Felicidad, placer, diversión, versus aburrimiento, tedio.
  3. Autotelismo, conocimiento desinteresado, versus ostentación, ocio, mercancía.
  4. Creatividad, personalización, diferencia, versus consumismo, masificación, adocenamiento.
  5. Sociabilidad, comunicación, versus aislamiento, incomunicación, soledad negativa.
  6. Actividad, esfuerzo auto-motivado, versus pasividad, indolencia, activismo frenético.
  7. Culturización, versus banalización cultural.
  8. Valores de lo cotidiano, versus monotonía, inercia.
  9. Valores de lo extraordinario o excepcional, versus extravagancia, lo estrafalario.
  10. Solidaridad, participación social y política, versus insolidaridad, indiferencia, pasotismo.

Pero las ventajas no terminan ahí, Teresa Llivina resume otros tantos estudios sobre el impacto del tiempo libre y las oportunidades que el ocio brinda a las personas, entre las que destacan, en lo referente a patios inclusivos y positivos:

• La auto-realización y con ello el incremento de la propia estima. El refuerzo de la asertividad.

• La satisfacción de la necesidad de reconocimiento por parte de un grupo  de  referencia,  especialmente  en  personas  con  pocas oportunidades de reconocimiento en el ámbito laboral o académico.

  • La posibilidad de establecer relaciones estrechas y vinculantes que permiten desarrollar aspectos afectivos y solidarios mediante el cultivo de la amistad interpersonal, en pequeños grupos, o en contextos más como los proporcionados por la realización de colaboraciones o bajos voluntarios en organizaciones que desarrollan tares sociales y de promoción del bien público.
  • La instauración o el incremento del sentido de pertenencia a un grupo libremente elegido.
  • La neutralización de potenciales desequilibrios, inseguridades o carencias personales, cumpliendo funciones compensatorias de naturaleza psicosocial.
  • La posibilidad de variar y salir de la rutina o de la monotonía que impone la vida cotidiana. (TL)

El ocio, por tanto, satisface unas necesidades del individuo que afecta al resto de su vida personal, académica y laboral. Y las conclusiones continúan: “En el ocio se encuentra supuestamente la satisfacción de tres tipos de necesidades que tiene toda persona: descanso, diversión y desarrollo personal. Son las tres funciones que se le han atribuido al ocio; funciones fundamentales e irreductibles: la de liberarse de la fatiga del trabajo, de las obligaciones y ocupaciones; la de liberarse del aburrimiento o rutina que conlleva ese trabajo y esas obligaciones; la función más personalizada de disponer de sí y para sí; la de una libre superación de sí mismo que libera el poder creador que toda persona lleva dentro.”

Pues hace tiempo que el ocio dejó de ser un momento de mero descanso para ser algo más: (…) el término desde la prospectiva pedagógica de nuestros días, tiene por cierto, un significado más amplio. Se le considera como una actitud o estado de ánimo para emprender nuevas actividades que impliquen experiencias enriquecedoras, un sistema de vida para ocupar positivamente las horas libres y una fase importante del proceso educativo total.” (MM)

Vuelvo a destacar, tres aspectos del impacto del ocio y el tiempo libre para las personas, pero esta vez más centrados en la convivencia. Esto es, cómo el Tiempo Libre ayuda a crear personas más críticas, empáticas y creativas: 

  • La individualización, cultivando la interioridad y el trato consigo mismo, para compensar la presión de la conformidad, la uniformidad y la nivelación actuales.
  • Las relaciones interpersonales y demás formas de sociabilidad afectiva, desde el fomento de amistades íntimas en grupos pequeños y abarcabIes. 
  • La formación y perfeccionamiento profesional y humanos, en lo estético, científico e ideológico, desde los cursos de promoción profesional hasta la visita a museos o la lectura de revista especializadas, para compensar las insuficiencias del aprendizaje de la educación formal y laboral. (EL)

Por último, me gustaría destacar que si permitimos a los alumnos asumir responsabilidades, de manera controlada y guiada dentro de un proceso educativo bien diseñado y ejecutado, podremos retomar la importancia del cuidado de lo común a través de acciones colectivas. La responsabilidad para con la vida de uno mismo y la de los demás no es algo que se adquiere de manera innata por ciencia infusa, requiere diseñar espacios que favorezcan a su vez experiencias de intercambio, de debate, de conflicto, de colaboración y cooperación. Para así, ir regando la semilla de la responsabilidad individual para con el futuro de cada persona. Y es que hoy en día, esa responsabilidad personal ha desaparecido del mapa socio-cultural:

“A tenor de los datos obtenidos, la participación de los y las jóvenes en tareas vinculadas a la acción social y el voluntariado resulta prácticamente inexistente. Unos resultados que evidencian la necesidad de orientar los procesos educativos y los esfuerzos de diversos agentes comunitarios hacia prácticas que estimulen un mayor sentimiento de identidad, integración y responsabilidad, entendiendo que […] construir comunidad exige interesarse por lo que sucede en el entorno próximo y participar en las diversas dinámicas sociales orientadas a crear oportunidades para la práctica de la solidaridad colectiva y el ejercicio de la responsabilidad individual en función del bien común.” (VGT)

Por todo lo anterior, tenemos la obligación como profesionales, y como institución, de afrontar la Educación para el Ocio en las escuelas y no dejar esta parte tan importante del desarrollo humano al azar.

No podemos esperar un clima positivo de convivencia en el colegio cuando sus actores están desorientados emocionalmente, con carencia de nociones claras de ocio sano y saludable o sentido de la convivencia efectiva. Cuando probablemente sus valores morales están influenciados claramente desde fuera, ya sea concretamente por parte una sociedad que tiene un modelo muy específico sobre el ocio, o ya sea por agentes sociabilizadores de su entorno familiar o social.

Algunas dificultades y retos para dinamizar espacios de convivencia

Quizás esta coyuntura sea nuestra mayor dificultad en el día a día y es que hoy en día muchos alumnos viven una situación familiar y social compleja, en muchos casos dramática, que en las palabras de Carmen Omaira se retrata perfectamente: “La vida actual ha puesto de manifiesto algunos factores determinantes para la calidad de vida: desintegración del núcleo familiar y social, vida sedentaria, deterioro ecológico, agresividad, violencia, desequilibrio afectivo y emocional, crisis de valores, adicciones, que afectan a la población en general y los niños y niñas están muy presentes en ese escenario.” (CO)

En este sentido, ya sea por motivos laborales, familiares o afectivos, muchas familias conviven con una situación tensa, en la que el núcleo familiar se preocupa principalmente por resolver los problemas cotidianos importantes, dejando aspectos como el ocio, el tiempo libre o el entretenimiento en segundo  plano.  “En  general,  la  falta  de  tiempo  familiar  refleja  un sentimiento prevalente en la sociedad contemporánea referido a que el tiempo para estar juntos ha llegado a ser un gran reto para muchas familias porque padres e hijos están extremadamente ocupados” (VGT) Por lo que se limita a satisfacer esos tiempos con un ocio más accesible, rápido y sencillo. Tanto económicamente como por falta de tiempo.

Pero estos tiempos son importantes para los niños y jóvenes. Offer (2013) señala -en una investigación centrada en la asociación existente entre el tiempo familiar y el bienestar emocional de los adolescentes en función del tipo de actividades que realizan juntos- que “el ocio familiar es beneficioso para el bienestar de los adolescentes.” (VGT)

Por otro lado, todos los colectivos que participaron en la elaboración del Libro Blanco de Tiempo Libre en Cantabria, resaltan la amenaza de los modelos de ocio y convivencia dominantes, la carencia de valores e ideas morales: “Los valores que predominan en la sociedad y en la juventud: consumo, materialismo, competitividad, falta de compromiso, individualismo, pasividad... (…) Además de un modelo de ocio predominante en nuestra sociedad: ocio pasivo, consumista, individualista, falto de valores.” (LB)

Otro problema fundamental, o al menos es otra realidad palpable, es el peso e importancia de la tecnología en sus vidas, creando nuevos modelos de interacción social de niños y jóvenes. Un modelo dominado por la tecnología para bien o para mal: “Las prácticas de ocio más prevalentes entre adolescentes y jóvenes durante la última década están relacionadas con la interacción con sus iguales y la irrupción de las tecnologías de la comunicación (TIC). No sólo para practicar con ellas actividades de ocio, sino también para facilitar dicha comunicación e interrelación social en general. Todo ello se produce enmarcado dentro de la dinámica del consumo, un fenómeno omnipresente en el modelo económico que sostiene la sociedad postindustrial.” (VGT)

Y en este sentido docenas de estudios insisten en el peso de internet en todos los aspectos del niño: “Ha de subrayarse la notable presencia del ocio digital centrado fundamentalmente en el uso de Internet y de las redes sociales, que han adquirido una presencia cada vez mayor en los procesos de socialización de los adolescentes y jóvenes, llegando a convertirse en su principal agente de socialización e inseguridad que comprometen su integridad.” (VGT)

Algunas dificultades tienen su origen en la propia escuela. Cuando hablamos de dinamizar  espacios  de  convivencia,  cada  colegio  tiene  una  dotación estructural diferente. Hay colegios con dos patios, con tres, algunos con biblioteca grande, otros con biblioteca pequeña, hay salas de usos múltiples, o los espacios de tránsito como pasillos o escaleras son amplios. Otros no. También es importante contar con una dotación de medios materiales adecuada. Hay  propuestas  que  requieren  material  deportivo,  material artístico, de ocio y juego, o simplemente una partida presupuestaria para ambientar, comprar elementos interactivos como altavoces o focos.

Y por supuesto es necesario personal adecuadamente formado o con nociones sobre las propuestas a lanzar. No hablo de formación académica, sino adquirida a través del propio interés de cada profesor. Nuestros hobbies y aficiones son un motor que nos puede ayudar a empezar a mirar algunos espacios con otros ojos. Y todos tenemos aficiones, todos tenemos pasiones que podemos llevar al aula, al patio, a la biblioteca. No debemos tener miedo para llevar pasión al colegio, pues seguro que es contagiosa.

Quizás la falta de personal estable en un centro sea la principal dificultad para lanzar cualquier proyecto educativo para que sea sostenible a medio/largo plazo. Aquí los cambios deberían venir desde la Administración en el sistema de interinidades y rotación del personal, para incentivar, de alguna forma, que el personal se estabilice en los centros educativos. Realmente resolver este problema es difícil y será un lastre para los proyectos del centro.

Algunas pautas y consideraciones para dinamizar espacios

Debemos aspirar a que los alumnos sean los que dirijan de manera positiva estos tiempos de ocio, a que los espacios estén a disposición de los proyectos aunque a primera vista parezca imposible. Debemos aspirar a cambiar nuestra mirada sobre lo físico para aprovechar su potencial. Aunque el camino aún es largo ya que “la educación formal y la no reglada tienen una brecha abierta en el campo del ocio y queda mucho por hacer”. (EL) Y esto implica que debemos trabajar y reflexionar en cómo hacemos las cosas y por qué las hacemos así.

El primer ejercicio que debemos plantearnos es que cada colegio debería analizar cómo son sus espacios para intentar aprovecharlos al máximo.

Ante este escenario de falta de modelos de ocio, de pérdida de valores de convivencia, de familias en constante conflicto, de hegemonía de modelos artísticos y culturales basado en la mercantilización del placer y el disfrute debemos actuar y participar en la construcción de un modelo de ocio y tiempo libre constructivo. Alternativas que den salida a todo el potencial de los individuos y grupos. Para ello debemos tener claro que debemos convertirnos en mediadores de nuevos modelos de ocio y tiempo libre, por lo tanto, de nuevos modelos de convivencia positiva e inclusiva en el colegio y en la sociedad. Esta transición no puede producirse por arte de magia, sino por una intervención educativa, con todo lo que ello conlleva. “El tránsito de un ocio casual a un ocio serio o valioso, exige una apuesta decidida por la educación de los adolescentes en su tiempo libre así como la asunción de responsabilidades compartidas por parte de diferentes agentes educativos que tienen una incidencia clave en el desarrollo integral de los chicos y chicas.” (VGT)

Lo lúdico, la diversión, la alegría, la sorpresa en mayúsculas, son elementos que pueden atraer a la comunidad educativa a nuestra propuesta. Debemos aceptar que algo divertido no es automáticamente extra-curricular. ¿Dónde quedó el juego en el currículo? En el Decreto 27/2014, de 5 de junio, que establece el currículo de Educación Primaria en la Comunidad Autónoma de Cantabria la palabra “juego” aparece 246 veces y todas hacen mención a:

  • Juegos de palabras en el área de lengua castellana.
  • Juegos físicos, dramáticos o tradicionales en el área de Educación Física.
  • Experimentación en Educación Artística.
  • Estimaciones en juegos de Azar en matemáticas.


¿Y “jugar”? Aparece 2 veces. La palabra “diversión” 9 y siempre relacionadas con la lectura. “Lúdico“ aparece 4 veces. “Alegría” otras 4 veces y relacionadas con la identificación de las emociones. “Conocimiento” aparece 361 veces, “mejora” 132, "resultado” 177, “realidad” 77. “Evaluación” 254. ¿Qué hay de la palabra ”felicidad”? No aparece. Cero. No está la felicidad en ningún lado.

¿Cómo queremos hacer del colegio un espacio inclusivo, positivo y motivador si no buscamos la felicidad de los alumnos y la comunidad educativa? ¿Cómo queremos un espacio de convivencia pacífico si la felicidad no es la base sobre la que construir personas íntegras, plenas y convencidas de los valores humanos más fundamentales?
No hablamos de comprar tazas de Mr Wonderful, de técnicas vacías de contenido,  de  vender  humo.  Hablo  de  ser consecuentes  y  analíticos.

Hablamos de cuestionarnos cuáles son nuestros objetivos como profesionales y de la propia escuela. Pero no desesperemos. Podemos seguir algunos consejos para empezar a cambiar el chip sobre lo ”curricular” y lo “extra-curricular”.

Para ello, una de las claves es volver a trabajar en torno a los preceptos de la Pedagogía del Asombro, “hay que recuperar la experiencia del asombro y de la contemplación; la experiencia del disfrute activo de lo sencillo; de la vibración afectiva ante lo cotidiano.” (EL) Permitiendo dotar a los espacios comunes de una energía positiva, al tiempo libre de un momento enriquecedor a todas luces constructivo y no simplemente “haciendo por hacer”: “Llenar de cosas y actividades el tiempo libre es muy distinto que realizar ofertas educativas valiosas en el tiempo libre. Se pueden promover iniciativas puntuales, aisladas, como elementos estratégicos de aproximación a la realidad. Si la educación es un proceso, es un proceso largo y costoso. Es un proceso implicativo, reflexivo, en el que se aportan elementos críticos, para la construcción y desarrollo de la propia personalidad del individuo. El camino es promover grupos de carácter educativo, estables y prolongados en el tiempo, donde se desarrolla un proceso. Todo ello puede ir completado con actividades puntuales, festivas, excepcionales. Pero lo realmente valioso es el proceso, la continuidad, la reflexión, el avance a lo largo del tiempo educativo.” (RM)

Se trata de recuperar el gusto por lo sencillo, por la convivencia directa y la emoción a flor de piel. Pues donde hay emoción hay vida y, si queremos patios con vida, necesitamos la emoción dentro de ellos.

A mí me gustaría incluir otra idea, importante, la de no caer en el mercantilismo del tiempo libre “La educación del ocio ha de ser entendida como una educación que a nivel personal y comunitario aporta los saberes y recursos necesarios para que los chicos y chicas alcancen una vivencia más satisfactoria de su vida cotidiana; (…) Es necesario reflexionar acerca de si las actividades que los chicos y chicas desarrollan actualmente en su tiempo libre se orientan hacia una vivencia positiva de la experiencia de ocio o están más encaminadas al mero consumo y entretenimiento.” (VGT)

Así pues, podemos conseguir, poco a poco, espacios que favorezcan el crecimiento personal, la inclusión de todos los miembros de la escuela, las relaciones constructivas y positiva así como el aumento de responsabilidad de los individuos con su sociedad. Soñar es una tarea cada día más necesaria. Y no podemos arrojar la toalla por muy mal que pinten las cosas. Nuestra primera línea de defensa contra el futuro oscuro se sienta en nuestras aulas y necesitan ver, con auténtica honestidad en nuestros ojos, que realmente creemos en ellos, en sus posibilidades y que pueden alcanzar su mejor “yo” con nuestra ayuda.

 

¿Cómo están organizadas las zonas comunes?

Personalmente clasificaría los espacios comunes en cinco grandes categorías:

  1. Espacios de ocio: patios, ya sean interiores o exteriores, cuya finalidad principal es el juego (dirigido o no). Eso incluye pistas deportivas, polideportivos (si pueden ser utilizados por personal ajeno al departamento de Educación Física) patios exteriores y zonas verdes, zonas de columpios, tejavanas, anexos, etc… 
  2. Espacios de tránsito: principalmente pasillos y escaleras. Son lugares utilizados a diario por los alumnos y en ellos podemos imprimir vida a través de propuestas diversas: decoraciones, espacios de encuentro o convertirlos en zonas de trabajo. Las posibilidades son infinitas.
  3. Espacios de entrada y salida: un momento (y espacio) importante es el que se da en las entradas y salidas del colegio, mientras las familias esperan a que entren o salgan sus hijos. Esos minutos diarios en los que todo el mundo pasa sí o sí por un lugar tiene un potencial extraordinario para comunicarnos con toda la comunidad educativa. Suele ser un puerta, un patio, un hall u otras dotaciones. 
  4. Espacios compartidos: son las aulas o espacios que usan varios grupos como gimnasios interiores, salón de actos, aulas de zonas múltiples, laboratorios, iglesia, biblioteca, sala de informática, etc… Muchos de ellos no los usamos más allá de su objetivo principal, pero pueden convertirse en lugares con otras finalidades.
  5. Espacios ocultos: Son lugares, que por el motivo que sea, no se usan para nada en concreto o son infrautilizados. Pequeños despachos, almacenes, sótanos, aulas clausuradas y un sinfín de espacios “secretos” que pueden volverse de nuevo parte del centro si pensamos alguna utilidad. Quizás un club, una ludoteca, un cine...

Ejemplos de dinamización

Por último, ¿cómo hacer todas esas cosas realidad? Ahí está la clave y dificultad. Debemos ser sistemáticos, implicarnos en este proceso a través de una reflexión compartida por el claustro y la comunidad educativa.

El primer paso es determinar qué tipo de alternativas al ocio no dirigido se les ofrece a los alumnos. Y posteriormente decidir qué tipo de alternativas deben ofrecerse.

Y esta oferta debe implicar la presencia de profesorado y alumnado, miembros de la comunidad educativa como familiares o antiguos alumnos, o incluso profesionales del sector. Pero sea como sea, debe existir la figura del mediador. Ese adulto que orienta la actividad para que se vaya consolidando poco a poco. “La función del educador consiste en crear un clima de confianza en el grupo; ayudar a los educandos a formular sus proyectos; hacer accesible al grupo el mayor número de datos para la toma de decisiones. (…) Las funciones necesarias en la actuación del educador serían: no imponer ni manipular ninguna actividad ni proyecto. Participar desde dentro en la creación de los proyectos de grupo. Comprender con simpatía, disfrutar las situaciones que el grupo va a vivir. Hacer esto supone una situación de diálogo.” (RM)

A continuación, se desgranan algunos ejemplos.

ESPACIOS DE OCIO: LIGA DEPORTIVA

Qué es.

La liga deportiva es una competición escolar de deportes no masificados. Esto es, no son practicados de manera generalizada. Deportes o juegos como el fútbol o el baloncesto no tienen cabida en esta competición. “Quidich”, balón sentado, “ultimate frisbee” o “flag” son algunos ejemplos.

Cómo se dinamiza.

Los equipos se organizan por profesorado para equilibrar los posibles talentos de los alumnos, y se organizan equipos así como los días de juego. La puntuación de la liga consta de 4 aspectos: resultado deportivo, juego limpio, juego en equipo y animación (realizada por compañeros fuera del terreno de juego). Luego la mayoría de puntos no se obtienen siendo deportivamente buenos, sino sabiendo jugar limpio, en equipo y animadamente. Semana a semana se van actualizando tablas de resultados para animar a los equipos a seguir dándolo todo en el terreno de juego y fuera de él.

Resultados observables.

Básicamente se les enseña otros juegos y deportes para que el patio tenga mayor diversidad de juegos deportivos y la “omnipresencia” del fútbol pueda desaparecer (a pesar de las dificultades). Por otro lado, la rutina de la liga genera, al menos, un recreo dirigido para los alumnos, por lo que muchos de ellos saben que tienen un momento semanal que les asegura diversión, implicación y experiencias positivas.

Dificultades.

Muchos alumnos se niegan o rechazan esta liga porque les impide jugar al futbol, con los problemas que esto genera. Hay alumnos que temen participar en los partidos para evitar errores y posibles represalias de otros miembros de su equipo.

 

ESPACIO COMPARTIDO: JUEGOTECA.

Qué es.

La juegoteca es un rincón destinado a usar un baúl o caja con muchos juegos de mesa de nueva generación, ya sea de cartas, dados o tablero. Puede ser un aula o un rincón del patio. Juegos como Jungle Speed, el Lobos De Castonegro, Uga Buga, Saboteur, Virus, Speed cups, el Uno…

También se puede crear un espacio para juegos de cartas en los que los alumnos traigan sus “mazos” de casa, realizando partidas, pequeñas competiciones o intercambios.

Cómo se dinamiza.

Los alumnos más mayores (5º y 6º) se implican en el cuidado de los materiales, explicar los diferentes juegos a alumnos que desconozcan las reglas y, en general, velar por el buen ambiente de la zona. Para ello algunos profesores previamente van jugando con los alumnos para entender bien las diferentes reglas, explicar qué hacer en caso de duda con una norma, como poner y recoger los juegos, etc…

Resultados observables. 

Los alumnos que no les interesa o no tienen motivación para participar en juegos o actividades deportivas, encuentran en la juegoteca una oportunidad para disfrutar del recreo, para hacer amistades afines aunque sean de otras clases y/o cursos, favoreciendo amistades en base a los intereses comunes.

Dificultades.

No en todos los colegios hay un rincón adecuado para esta actividad, que se sitúe lejos de las canchas deportivas para evitar balones o alumnos que interrumpan o entren por medio de los grupos de  juego.  Además  hay  que  realizar  una  dotación  de juegos, incluyendo fundas de cartas, tapetes o cajas de almacenaje para asegurar que el material no se deteriore y dure bastante tiempo.

ESPACIO COMPARTIDO: RECREOS ARTÍSTICOS

Qué es.

Los recreos artísticos son una serie de recreos en los que se habilita un espacio del colegio, en nuestro caso el salón de actos, a poder ser cerca del patio, donde se desarrollan pequeños talleres de las diferentes disciplinas artísticas. Hay dos modalidades: “Masterclass” y “Rincón Creativo”.

En las sesiones “Masterclass” el profesorado, o familiares, organizan un taller temático y especifico de una técnica artística. Puede ser fotografía, danza, pintura, escultura, cine, música, literatura, teatro u otra. Es importante que exista un ejercicio práctico en torno al que gire toda la sesión. Por ejemplo, hacer una serie de encuadres, unos movimientos específicos o tomar una melodía concreta.

Cómo se dinamiza. 

El equipo directivo organiza unas sesiones semanales o mensuales en función de la disponibilidad del profesorado y sus conocimientos artísticos. En este sentido, se puede nutrir de familiares y amigos que por ejercer la profesión o por ser aficionados, pueden ayudar a dirigir alguna sesión.

Cada “ponente” organiza previamente el contenido y en qué consiste la sesión y se convoca a los alumnos. En función de la dificultad o materiales, se ofrece a unos cursos o a un número limitado de alumnos. En nuestro caso, centrado en cine, solo acuden los miembros de los diferentes equipos técnicos: Dirección, Cámara, Sonido, Fotografía, Arte (Maquillaje, Peluquería, Atrezzo, Localizaciones…), Guión, Script (Continuidad) y Artístico (Equipo actoral).

En la modalidad “Rincón Creativo”, los alumnos tienen acceso a ciertos materiales plásticos y/o creativos y pueden, de manera individual o colectiva, realizar piezas, juegos, ensayos, pruebas, ejercicios técnicos, investigación, tareas pautadas, etc… Similar a la Juegoteca, los alumnos mayores ayudan a organizar el material, a recoger y/o coordinar las posibles actividades.


Resultados observables. 

Se ofrece un espacio alternativo de crecimiento personal en torno al arte y, de nuevo, se ofrecen opciones de entretenimiento vinculadas a los posibles intereses de los alumnos. Los conocimientos adquiridos pueden usarse en horario lectivo en otros momentos: coros, grupos de baile, decoración y murales, fotógrafos, video en directo…

Dificultades.

Es necesario tener una dotación de ciertos medios técnicos. Pero hoy en día hay material muy asequible para abordar las actividades. También el Claustro tiene que aportar profesorado con cierta formación o interés en colaborar con la iniciativa. Respecto a las familias, por el horario, puede haber dificultades para conciliar con empleos y otros compromisos, pero, en general, hay mucha gente que ya sea en ratos libres de manera aficionada, con cursos o de manera profesional, tienen conocimientos artísticos de sobra como para ayudar. La mayor dificultad reside en aprovechar bien el tiempo reducido del recreo entre las idas y venidas del alumnado.

 

ESPACIO E-S (ENTRADA - SALIDA): EMERGENCIA CLIMÁTICA.

Qué es.

En el pasillo que une el patio de espera de entrada a las escaleras de primaria, hicimos una performance para advertir de la situación climática con excusa de la Huelga Mundial por el Clima. Con la ayuda de linternas, altavoces y alumnos de Valores, dinamizamos La entrada lanzando mensajes de advertencia sobre la situación del planeta.

Cómo se dinamiza.

El profesorado que tenga alguna inquietud personal, lanza algún aviso especial, invita a reflexionar sobre algún aspecto importante de la convivencia, prepara la intervención usando este momento de entrada o salida para convertir ese espacio en algo interactivo.

Resultados observables.

Se genera sorpresa que invita al trabajo en el aula, las familias comparten estos mensajes e ideas, se involucran preguntando y animando a sus hijos a que presten atención a estos aspectos. Los alumnos se sorprenden mucho al encontrarse esta propuestas sin avisar, cambian la forma en que entran al colegio y su actitud en las primeras horas.

Dificultades.

Requiere cierta imaginación y creatividad para dinamizar el espacio con una propuesta, pero entre el claustro siempre hay buenas ideas. Quizás hace falta dotación de ciertos medios. Y que el equipo directivo dé su visto bueno.

 

ESPACIO TRÁNSITO: NO TE ENREDES CON MENTIRAS.

Qué es.

En el pasillo del tercer nivel montamos un gran hilo morado que conectaba todas las clases. Posteriormente en las aulas trabajamos los prejuicios de género con motivo del día internacional de la erradicación de la violencia de género. Y colgamos con pinzas los prejuicios que cada clase había encontrado.

Cómo se dinamiza.

En las entradas y salidas, idas al baño, cambios de clase, los alumnos se detenían a leer las notas colgantes. De repente, el espacio se convierte en punto de reflexión, de compartir ideas, de discutir. Algunos alumnos que no estaban de acuerdo con algunas proclamas escribieron por iniciativa propia un “contra- mensaje”. Y durante una semana el espacio ganó un nuevo sentido.

Resultados observables. 

Ayudamos a ver que lo que se aprende en clase tiene recorrido más allá del aula, que nuestras opiniones e ideas pueden tener sentido en la vida real. Que los pasillos no son solo para moverse, son espacios que tiene más significado de lo que parece.

Dificultades.

Es necesario que el equipo de nivel esté de acuerdo con la iniciativa y quieran realizar actividades compartiendo espacio o que la intervención no moleste. Es necesario hablar con el personal de limpieza para explicarles la iniciativa y que intenten no desmontarlo o que entienda que la molestia temporal tiene por contrapartida un valor grande e importante.

BIBLIOGRAFÍA:
TL: Salvador Llivina, T. (2009) Adolescentes y jóvenes: ocio y uso del tiempo libre en España. Madrid. Delegación del Gobierno para el plan nacional sobre drogas.


CO: Omaira Calderón, C. (2009) Las concepciones teóricas sobre tiempo libre, ocio, recreación, actividades creativas y  recreativas.  Mérida,  Venezuela.  Seminario  Doctoral  sobre  “Construcción  de  Conocimiento Científico, Educación y Tesis Doctoral: relevancia, pertinencia e innovación”, dictado por la Dra. Aliria Vilera Guerrero, en el Doctorado en Educación de la Universidad de Los Andes.

EL: López Blanco, E. (1993) El ocio. Perspectiva pedagógica. Madrid. Revista complutense de Educación, Vol. 4(I) - 69-88. Ed. Universidad Complutense.

VGT: Varela Crespo, L; Gradaílle Pernas, L y Teijeiro Bóo, Y. (2016) Ocio y usos del tiempo libre en adolescentes de 12 a 16 años en España. Tiempos escolares y tiempos de ocio. Santiago de Compostela. Problemáticas específicas y alternativas pedagógico-sociales en la vida cotidiana del alumnado de educación secundaria obligatoria. Universidad de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela.

MM: María Zenaida Azcuy , M. (2010) La recreación comunitaria, una opción para ocupar el tiempo libre de los jóvenes. Cuba. PODIUM, Revista electrónica Ciencia e innovación tecnológica en el deporte, nº 13. Facultad de Cultura Física y Deportes Nancy Uranga Romagoza.

RM: Mendia, R. (1991) Principios pedagógicos del tiempo libre.
Corrientes de pensamiento. Madrid. Revista infancia y sociedad. Nro.8. Marzo-Abril. Ministerio de Trabajo e inmigración.

LB: Varios autores (2005). Libro Blanco de Educación en el Tiempo Libre en Cantabria. Cantabria. Dirección General de Juventud, Gobierno de Cantabria.

 


Paco Barrera
CEIP Antonio Mendoza

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